Wednesday, August 26, 2009

MI VIAJE PARA VER A MI SISSY.


MI VIAJE PARA VER A MI SISSY Y A SUS HIJOS.

A los lectores:

Les dejo saber que pronto emprenderé mi viaje a New York para ver a mi Sissy, que ahora tiene 30 años. Mi hija nació allí y vive en Nueva York con su querida familia, con su esposo y con sus hijos, mis queridos nietos.

Sissy es muy feliz ahora con su familia. Pero, pasó una infancia y una adolescencia un tanto traumática. Espero me sepan disculpar, pues no voy a estar presente en mis blogs por algún tiempo mientras esté realizando mi viaje tan esperado por tantos años. Vuelo a New York la semana que viene. Varios cumpleaños acontecen en el mes de Septiembre. Me siento contenta de tener la oportunidad de participar con mi familia en esos eventos tan importantes.

Si Dios quiere, pronto estaré en la reunion con mi querida y extrañada familia. Ellos son todos Americanos nacidos en Nueva York. Viven allí desde hace muchos años.

Volveré a escribir en mi blogs en cuanto esté de regreso en casa sana y salva. Gracias por leer.

Que la paz del Señor esté con vosotros y los abunde de bendiciones maravillosas.

En el Jardín de Dios.

Starry Dawn.

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Monday, August 24, 2009

SISSY EN EL JARDÍN.


SISSY EN EL JARDÍN.

Hace más de 30 años que dí a luz a la única página rosa de mi vida, mi única hija.
Aquí estoy recordando y navegando por mi memoria. Llegué al jardín de entonces. Yo llevé a Sissy al jardín botánico poco después de haber nacido, y las flores me contaron que había llegado la flor más bella al jardin. Me preguntaron su nombre, y les dije a todas las flores que mi doncella se llamaba Sissy.
Recorrimos esos jardines en verano, en primavera, en otoño y en invierno. Pero aún en los días más fríos y nevados, ella hacía salir el sol con su sonrisa radiante de ternura y belleza infinita.
Yo le enseñé muchas cosas a Sissy. Sólo ella sabe todo lo que le enseñé para que supiera cómo defenderse en la vida en caso que yo no estuviera a su lado. Una madre puede morirse o enfrentar situaciones caóticas, y puede no estar su presencia tan valiosa. Por eso, ante ese temor que yo no pudiese estar siempre, yo crié a mi princesa lo más fuerte que pude para que sobreviviese siempre ante cualquier eventualidad, aunque no fuese conmigo... Ya vendrá el momento que comienze a relatar los eventos que aclaren el por qué de mis palabras...

Te adoraré siempre, no solamente en éste mundo sino en la eternidad del tiempo, querida hija.

MAMÁ STARRY.

Tuesday, August 18, 2009

Las Cirugías.




Las Cirugías.




Dejo saber que no es mi intención contar historias del estilo de las biografías. Han pasado más de 30 años del nacimiento de mi hermosa doncella, mi única amada hija, y mi memoria no es la misma que cuando era jóven. Intento recordar todo lo que puedo, pero muchos de los recuerdos resultan desvanecerse en el tiempo y en mi mente. Entonces, rescato los recuerdos que tengo presentes y me siento a grabarlos en el espacio cibernético esperando que un día mi hija, mis seres queridos y los lectores del mundo se interesen por parar aquí en éste rincón cibernético para leer mis historias. Dejo saber que el Señor Jesús estuvo presente en todas mis intervenciones quirúrgicas guiando las manos de los cirujanos.


Hoy deseo contar acerca de mis cirugías. La primera que decidí abordar fue la de mi nariz. Nací con una nariz grande y crecí muy desconforme con ella. Me sentía aplastada y disminuída físicamente. Cuando cumplí 20 años, me operé. Mis padres estaban desesperados por la preocupación. Me sangraba un montón. Las hemorragias eran frecuentes en mí. Yo lucía muy flaca y hasta anémica por la pérdida de sangre a menudo. Mi vida pareció cambiar en algo, ya que mi figura quedó más estética que antes. Pasaron pocos años después de esa operación cuando conocí al padre de Sissy, me casé con él, con Phil en New York y quedé embarazada.


Cuando tuve a Sissy, el médico que actuó en el parto de mi hija, decidió practicarme una epiciostomía, ya que mi bebé era muy grande y no nacía naturalmente. De lo contrario, podría haberme desgarrado o muerto en el intento por nacer. La epiciostomía consiste en una incisión entre el canal de nacimiento o tracto vaginal y el recto. Lamentablemente, el cirujano abrió demasiado esa brecha, dejándome arruinada de por vida. El dolor y la molestia de esa zona genital que es tan delicada fue perpetuo, sobre todo al sentarme o intentando realizar otras prácticas infructuosas. Esa cirugía fue realmente lamentable...


Lo positivo que rescaté de esa experiencia fue el nacimiento de mi adorada hija. Lo demás ya no me importaba demasiado.


Después de muchos años, decidí operarme el busto. Recibí dos intervenciones porque en la primer intervención tuve una hemorragia interna brutal. Mi vida correría peligro. En la segunda intervención, participó mi hija Sissy que era adolescente en esos momentos, y ayudó al cirujano a realizar las maniobras para salvar mi vida. Fue otra operación inimaginablemente inolvidable...


La última operación que recibí fue por un tumor de ovario. La anestesia en esa ocasión fue general. Las intervenciones anteriores fueron con anestesia local y por cierto, quedé en estados muy dolorosos. El dolor siempre me persiguió como un fantasma horrible. Las consecuencias de esa última operación me irían a cambiar la vida para siempre. Fue una especie de monstruosa castración quirúrgica, pues me vaciaron todos mis órganos femeninos. Consecuentemente, así se va la juventud y llega la vejez en forma implacable, desvastadora y horrendamente cruel.


Cuando me siento a escribir, siempre recuerdo la epiciostomía practicada en mí entre el canal de nacimiento y el recto. Siempre sentí dolor y se irritó esa zona al permanecer sentada por mucho tiempo. Por eso prefiero estar parada en movimiento o acostada descansando. Nadie sabe de éstas cosas mías tan íntimas, no me comprende la gente y mis acciones pasan desapercibidas o irritantes para otros. Me acostumbré a aguantar, a soportar lo insoportable, aunque se generó en mí un carácter o personalidad irritable fácilmente, y en ocasiones extremas hasta muy violenta. De a poquito seguiré relatando mis historias. Les solicito tener paciencia porque no siempre encuentro las palabras apropiadas. Mi cuerpo y mi mente cambiaron para siempre...


Recordando viejos momentos,


Starry Dawn.




Monday, August 10, 2009

"La Mañana del 22 de Abril."


"La Mañana del 22 de Abril."


Como había mencionado en mis relatos anteriores, no es mi intención hacer una biografía de los relatos. Yo escribo según los recuerdos que van apareciendo en mi mente. Han pasado más de 30 años, y los recuerdos se van desvaneciendo a medida que el tiempo transcurre. Sin embargo, el nacimiento de mi hija adorada fue un acontecimiento inolvidable que cambió mi vida para siempre. Los detalles del parto intento recordarlos, pero mi memoria ya no es la misma...

Los dolores eran constantes y muy fuertes. Ya era pasada la medianoche, de madrugada cuando recién me admitieron, me aceptaron en la sala de emergencia del hospital y me dejaron internada en la sala de pre-partos. Yo estaba agotadísima, las fuerzas se me habían acabado. Creía que iba a morir del dolor y del cansancio. Por mis súplicas y pedidos constantes, me dieron una inyección para que durmiera algunas horas y poder descansar un poco, ya que estaba desfalleciendo del agotamiento. Comenzé con el dolor de parto el día 21 de Abril a las 11 horas de la mañana, y era la madrugada del día siguiente, aún no nacía mi princesa y yo estaba muriendo adolorida...

Yo como siempre era alérgica y asmática, no podía soportar más, creía que iba a morir verdaderamente. Phil estaba todo el tiempo a mi lado, y nadie más que él. Todos los demás se habían borrado, estaban para las fiestas pero no para las emergencias. Mis queridos padres y mi pequeña familia estaban en otro país lejano, detrás del océano. Me sentía muy sola en todas partes, pero con la esperanza del nacimiento de mi bebé quedaría atrás mi soledad. La princesa dorada, la doncella del alba pronto vendría a la vida...

Poco antes del amanecer, me desperté de un grito aterrador. Mi bebé estaba mostrando la cabeza, y las enfermeras mirando sorprendidas sobre su color de pelo. En realidad, era la sangre roja que cubría su cabeza y no el color de su pelo. Yo estaba en la sala de pre-partos, y no había ningún médico alrededor. Yo pedía a gritos la epidural, para poder parar mis dolores que ya no aguantaba. Entonces, vinieron a colocarme la epidural en la espalda. Recién allí pude calmarme. Una vez que tenía la epidural puesta y comenzaba a hacerme efecto, me llevaron a la sala de partos. Phil estaba conmigo al lado de mi camilla. Me condujeron hacia esa sala. Recuerdo que había una enfermera morena y un jóven médico blanco. Me pidieron que empujara, pero no salía el bebé y mis intentos se frustraban.
Ya había comenzado la mañana, era por los menos cerca de las 7 de la mañana del 22 de Abril. El médico me dijo que el bebé era muy grande y que debía practicarme una episiotomía. No sé cómo se escribe esa palabra técnica. Entonces, me abrió la vagina hasta casi el recto, y metió la mano para sacar al bebé. Yo ví cómo sacó al bebé con la cabeza para abajo. Estaba totalmente cubierta con sangre roja. Su piel estaba muy morada. Se la llevaron a una pileta para lavar la sangre. Sissy nació exactamente a las 7.20 horas de la mañana del 22 de Abril. Phil, su papá estaba al lado mío. Me dijo que se parecía a mi, a su mamá. Enseguida, el médico me sacó la placenta. Luego, cerró la episiotomía como él creyó que estaba bien. Lamentablemente, años después me enteré que casi el médico interviniente me anula mis esfínteres, porque me hizo mal el tajo o incisión. Desgraciadamente, dejó un trayecto anormal o demasiado corto entre la vagina y el recto. De ese modo, ese médico me arruinó para siempre. Ese hospital dejó mucho que desear, porque pusieron en peligro mi vida y la de mi bebé al hacerme esperar tanto para que naciera. Yo era muy jóven, inexperta e indocumentada en los Estados Unidos en esos momentos, por ello fue fácil violar nuestros derechos humanos. Ahora sería todo muy diferente porque somos Ciudadanas Norteamericanas. No dejaría nunca que otra vez violaran nuestros derechos humanos. Yo defiendo los derechos a la vida de todo ser vivo.

Cuando la enfermera me trajo a la bebé limpita, me la puso en el pecho y yo pude mirarla de cerca. Era una belleza rubia. Sus ojos cerrados e hinchados, pero celestes como el cielo. Yo abrí sus ojitos por un segundo para ver su color. ¡Qué maravilla el milagro de la vida, de su vida! Luego, me llevaron a la sala de recuperación para que durmiera un poco. Llevaron a mi bebé a la sala donde estaban todos los bebés. Después, me llevarían a una habitación compartida por varias mujeres, por lo menos 6. Había cortinas separando los boxes con las camas de las pacientes de maternidad. Ese hospital dejó mucho que desear. Eso es todo lo que recuerdo...

¡GRACIAS POR HABER NACIDO, PRINCESA MÍA ADORADA, MI DONCELLA DEL ALBA!!

Que Dios colme con infinitas bendiciones tu divina vida, la de tus queridos hijos y de todos tus seres amados.

Después de hoy, relataré los acontecimientos según los recuerdos de mis pensamientos.

TE ADORA SIEMPRE,

TU MAMÁ STARRY.

Sunday, August 2, 2009

"Los Muebles de las Calles."


Los Muebles de las Calles.


No deseo contar ésta historia como un ramillete de biografías cronológicas. Mi intención es narrar los hechos que recuerdo fueron importantes en mi vida y que cambiarían mi historia para siempre. De modo que a veces voy hacia atrás recordando momentos inolvidables aunque sean tristes. Por eso deseo destacar algunos hechos antes de continuar con el parto de mi hermosa doncella.

Puse como título de ésta narración, "Los muebles de las calles."

La amiga Pilar que vivía en New York al principio, después se mudó a California y finalmente a la Florida, me decía que los bebés nacían con un pan abajo del brazo. Yo estaba muy preocupada cómo haría para mantener a mi bebé, ya que Phil y yo éramos muy pobres en esos momentos. Sin embargo, en el fondo de mi corazón confiaba que Dios nos iría a ayudar en todo.

La vida se hacía muy difícil para los inmigrantes que estaban recién llegados. La madre de Phil se llamaba Sra. Carmela. Ella me convidaba frecuentemente con su comida típica casera y me daba muchos consejos. Me decía que tenía que comer doblemente, una por mí y otra por mi bebé. Yo estaba gorda como una vaca. También me mostraba los lugares más bonitos de la zona, y fue ella que me hizo conocer el Jardín Botánico que visitaríamos con frecuencia. Me llevaba a conocer las tiendas, los supermercados y todos los lugares de comidas por la zona. Phil y sus padres habían llegado a New York como inmigrantes unos años antes que yo. El padre tenía dos trabajos, de día, de noche y los fines de semana. Phil lo acompañaba en los mismos trabajos. Ellos ya habían adquirido cierta experiencia de los lugares de New York, por lo tanto esa familia me facilitaron enormemente las cosas. Recuerdo que la Sra. Carmela, mi suegra, me decía que saliéramos a buscar muebles en las calles, ya que la gente los tiraba cuando no los quería usar más. Muchos de esos muebles estaban en buenas condiciones, porque habían sido arrojados en las calles hacía poco tiempo. Ella y yo salíamos a buscar mesas, sillas, televisores, sillones, camas, colchones y todo tipo de muebles para el hogar. Entonces, recogíamos lo que más nos servía y lo llevábamos al pobre viejo ático en donde su hijo, Phil y yo vivíamos. La cunita, la mayor parte de la ropa de bebé, frazaditas y la ropita de la cuna me la había regalado la amiga Pilar. Había sido usado por su pequeño hijo, pero ya no lo necesitaba. Yo limpié bien la cunita y la pinté de color blanco brillante para que luciera de lo mejor. Otras mamás me regalaron más ropita de bebé, y otro tanto compramos nosotros. El colchón donde dormíamos lo encontramos en las calles, así como el televisor en blanco y negro, la mesa y las sillas, los sillones y todo cuanto poseíamos, que era poco y nada. La Sra. Carmela me llevó a una verdulería cercana donde recogió algunos cajones de manzana para formar las mesas de luz de noche. También los cajones de manzana servían como soporte para sostener el somier de la cama, sino hubiera estado apoyado en el suelo. Por suerte, las sábanas, toallas, utensilios para cocinar, platos, vasos y otras cosas del hogar fueron regaladas por la familia y amistades de ellos. También, nos regalaban ropa para ponernos. Verdaderamente vivíamos muy pobremente, pero nos sustentaba el fuego de nuestro gran amor. Phil estaba perdidamente enamorado de mí y yo de él. Éramos muy jóvenes y llenos de vida futura, por lo menos aparentemente...

El ático y la casa entera estaba llena de ratones y cucarachas. Yo escuchaba el ruido de ellos caminando por la cocina por las noches. Entonces, me levantaba y prendía la luz. Me encontraba con un espectáculo tenebroso. Los ratoncitos estaban subidos en la mesa comiendo las sobras o cuanto encontraban. Se iban corriendo cuando me veían. Phil ponía trampas por todos lados, y yo después tenía que regoger los cadáveres. No me gustaba nada nada ese espectáculo. Me había propuesto cambiar todo ese escenario, después que mi bebé naciera. Me pondría a trabajar para darle un futuro mejor a mi hija. Nunca podía aceptar semejante miseria ni para mí ni para ella...

Nunca me gustó matar a nadie, ni siquiera a un ratón. La vida es lo más precioso que puede existir. Y yo aprecio y valoro la vida sobre todas las cosas del mundo.

Ya estaba todo preparado, pobre pero lleno de amor. Pronto nacería mi bebé, y dejaría atrás mi soledad para siempre. Las mamás creamos y renovamos la vida cuando tenemos un hijo.

Así se forma una verdadera familia con muchos hijos frutos del amor...

Starry.
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