Monday, August 10, 2009

"La Mañana del 22 de Abril."


"La Mañana del 22 de Abril."


Como había mencionado en mis relatos anteriores, no es mi intención hacer una biografía de los relatos. Yo escribo según los recuerdos que van apareciendo en mi mente. Han pasado más de 30 años, y los recuerdos se van desvaneciendo a medida que el tiempo transcurre. Sin embargo, el nacimiento de mi hija adorada fue un acontecimiento inolvidable que cambió mi vida para siempre. Los detalles del parto intento recordarlos, pero mi memoria ya no es la misma...

Los dolores eran constantes y muy fuertes. Ya era pasada la medianoche, de madrugada cuando recién me admitieron, me aceptaron en la sala de emergencia del hospital y me dejaron internada en la sala de pre-partos. Yo estaba agotadísima, las fuerzas se me habían acabado. Creía que iba a morir del dolor y del cansancio. Por mis súplicas y pedidos constantes, me dieron una inyección para que durmiera algunas horas y poder descansar un poco, ya que estaba desfalleciendo del agotamiento. Comenzé con el dolor de parto el día 21 de Abril a las 11 horas de la mañana, y era la madrugada del día siguiente, aún no nacía mi princesa y yo estaba muriendo adolorida...

Yo como siempre era alérgica y asmática, no podía soportar más, creía que iba a morir verdaderamente. Phil estaba todo el tiempo a mi lado, y nadie más que él. Todos los demás se habían borrado, estaban para las fiestas pero no para las emergencias. Mis queridos padres y mi pequeña familia estaban en otro país lejano, detrás del océano. Me sentía muy sola en todas partes, pero con la esperanza del nacimiento de mi bebé quedaría atrás mi soledad. La princesa dorada, la doncella del alba pronto vendría a la vida...

Poco antes del amanecer, me desperté de un grito aterrador. Mi bebé estaba mostrando la cabeza, y las enfermeras mirando sorprendidas sobre su color de pelo. En realidad, era la sangre roja que cubría su cabeza y no el color de su pelo. Yo estaba en la sala de pre-partos, y no había ningún médico alrededor. Yo pedía a gritos la epidural, para poder parar mis dolores que ya no aguantaba. Entonces, vinieron a colocarme la epidural en la espalda. Recién allí pude calmarme. Una vez que tenía la epidural puesta y comenzaba a hacerme efecto, me llevaron a la sala de partos. Phil estaba conmigo al lado de mi camilla. Me condujeron hacia esa sala. Recuerdo que había una enfermera morena y un jóven médico blanco. Me pidieron que empujara, pero no salía el bebé y mis intentos se frustraban.
Ya había comenzado la mañana, era por los menos cerca de las 7 de la mañana del 22 de Abril. El médico me dijo que el bebé era muy grande y que debía practicarme una episiotomía. No sé cómo se escribe esa palabra técnica. Entonces, me abrió la vagina hasta casi el recto, y metió la mano para sacar al bebé. Yo ví cómo sacó al bebé con la cabeza para abajo. Estaba totalmente cubierta con sangre roja. Su piel estaba muy morada. Se la llevaron a una pileta para lavar la sangre. Sissy nació exactamente a las 7.20 horas de la mañana del 22 de Abril. Phil, su papá estaba al lado mío. Me dijo que se parecía a mi, a su mamá. Enseguida, el médico me sacó la placenta. Luego, cerró la episiotomía como él creyó que estaba bien. Lamentablemente, años después me enteré que casi el médico interviniente me anula mis esfínteres, porque me hizo mal el tajo o incisión. Desgraciadamente, dejó un trayecto anormal o demasiado corto entre la vagina y el recto. De ese modo, ese médico me arruinó para siempre. Ese hospital dejó mucho que desear, porque pusieron en peligro mi vida y la de mi bebé al hacerme esperar tanto para que naciera. Yo era muy jóven, inexperta e indocumentada en los Estados Unidos en esos momentos, por ello fue fácil violar nuestros derechos humanos. Ahora sería todo muy diferente porque somos Ciudadanas Norteamericanas. No dejaría nunca que otra vez violaran nuestros derechos humanos. Yo defiendo los derechos a la vida de todo ser vivo.

Cuando la enfermera me trajo a la bebé limpita, me la puso en el pecho y yo pude mirarla de cerca. Era una belleza rubia. Sus ojos cerrados e hinchados, pero celestes como el cielo. Yo abrí sus ojitos por un segundo para ver su color. ¡Qué maravilla el milagro de la vida, de su vida! Luego, me llevaron a la sala de recuperación para que durmiera un poco. Llevaron a mi bebé a la sala donde estaban todos los bebés. Después, me llevarían a una habitación compartida por varias mujeres, por lo menos 6. Había cortinas separando los boxes con las camas de las pacientes de maternidad. Ese hospital dejó mucho que desear. Eso es todo lo que recuerdo...

¡GRACIAS POR HABER NACIDO, PRINCESA MÍA ADORADA, MI DONCELLA DEL ALBA!!

Que Dios colme con infinitas bendiciones tu divina vida, la de tus queridos hijos y de todos tus seres amados.

Después de hoy, relataré los acontecimientos según los recuerdos de mis pensamientos.

TE ADORA SIEMPRE,

TU MAMÁ STARRY.

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